Soy una arveja

Soy una arveja, nací en tierra fértil abonada por comida desechada, mi madre tallo me crío junto a mis hermanas con mi tía la abeja Yarará, a eso de junio casi julio llegue a la edad de independizarme y el gobierno estatal de la chacra de don Pancho me dio un subsidio así que con mucho dolor y apego me despedí de mi madre.

Me llevaron en un barco rodante donde conocí toda la tierra en que había nacido a lo largo y a lo ancho hasta que llegamos a la gran ciudad de chapa, me pidieron pasaporte para entrar pero como no tenía me hicieron pasar por una maquina que me saco la ropa, igual estaba media en la lona ya que la había estado usando desde que nací, a mis hermanas las mandaron a otra sucursal, yo siempre fui una tipa dura pero ellas siempre fueron medias blandengues y las mandaron a la sección de enlatados con mi primo el garbanzo y mi otro primo el choclo que estaba medio dolorido porque lo habían amputado.

La verdad que los primeros días lo pasamos lindo, conocí a muchas arvejas de otras partes del barrio donde crecí y hablamos de la vida y hasta hicimos planes de reencontrarnos en nuestra rama, la cosa es que el piso empezó a hacer cosas raras y me metieron a nadar como por no se cuanto tiempo tanto que me empecé a afiebrar y me puse media blanda, gracias a Dios el carácter lo sigo teniendo igual pero ta, se ve que dirección general no supo regular el ingreso de arvejas ya que de tantas que éramos el agua se arrancó a poner media vieja, con olor y color distinto.

Por suerte la vivienda donde nos metieron tiene buena vista salvo por un cacho de papel que pegaron antes de irnos al extranjero, estuve viviendo unos meses al fondo de un cuarto piso de una cuadra de un barrio que se llamaba Tienda Inglesa pero parece que cambiamos de patrón y después de hacernos pasar por aduanas y mostrar unos papeles nos llevaron a una casa media mugrienta y llena de gente, lo raro es que el techo siempre esta lleno de humo pero acá en mi vivienda no llega gracias a Dios, me hice amiga de una vecina que se llama María y me dijo que cada tanto se llevan a los que llegan pero nunca vuelven pero la verdad no me preocupo, estoy contenta con mi situación actual y la verdad que no me puedo quejar de mi vida.